Ser Pro-Vida no es solo estar en contra del aborto.

Una vez leí una publicación de un pro-aborto que decía que si de verdad éramos Pro-Vida que deberíamos estar dispuestos a hacer algo por de la vida de los niños vulnerados.  Y creo que tiene razón. 

Muchos de nosotros estamos en contra del aborto y la eutanasia, defendemos la vida desde la concepción y entendemos que la vida no nos pertenece, es de Dios y que todos fuimos creados a Su imagen y de ahí viene nuestro valor.

¿Pero qué mas es ser Pro-Vida?  

Ser Pro-Vida significa defender la vida, estar del lado del vulnerable, involucrarme con los débiles, con los que la Biblia llama los vulnerables (el huérfano, la viuda y el extranjero).

Muchas veces nos excusamos diciendo que Dios no nos llamó a todos a adoptar, eso es cierto, pero Dios sí nos llamó a todos a 3 cosas:

1.     Amar a nuestro prójimo, Jesús mismo nos llamó varias veces en los evangelios a amar a nuestro hermano, a nuestro prójimo, a los que estén en necesidad. A ocuparnos de los pequeños y de los necesitados. Marcos 12:30-31, Mateo 25:31-46, Gálatas 5:13-14

2.    Ocuparnos de los huérfanos y las viudas,

“La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.”  (Santiago 1:27).

Dios mismo se presenta como el Padre de huérfanos y defensor de las viudas. Está en su esencia, Dios defiende la causa del débil (Deuteronomio 10:18) y ama la justicia. Y nos llama a nosotros, sus hijos, su cuerpo, sus representantes y sus embajadores a hacer lo mismo.  A ser sus manos y sus pies en la vida de los necesitados.

3.     Hacer discípulos, en Mateo 28:18, Jesús nos dice: 

“Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.

Jesús nos llamó a hacer discípulos, a enseñarle a los demás todo lo que hemos recibido por gracia.  Si Él abrió nuestros ojos a la verdad y “si es que hemos probado la bondad del Señor” (1ª. Pedro 2:3), debemos compartir a los demás lo mucho que Él ha hecho por nosotros.  No podemos quedarnos con ese tesoro solo para nosotros.

Ser Pro-Vida es involucrarnos, luchar a favor, ayudar.   Existen muchas formas de ayudar, desde orar por un niño específico, ayudar a una familia en riesgo, proveer para una madre sola, apadrinar un niño, colaborar con un hogar de protección, acompañar a una familia, hasta mentorear, acoger temporalmente a un niño y adoptar.

En Guatemala existen 5,267* niños institucionalizados tanto en hogares públicos como privados, de esos niños únicamente alrededor de 200 son adoptables, el resto va a pasar en un hogar de protección hasta que cumpla la mayoría de edad o hasta que se arregle su situación familiar y el juez pueda reunificarlo con su familia.

Muchos de esos niños no tienen visitas nunca, no tienen a nadie por ellos, a nadie afuera que los llame, que se preocupe, que los pueda aconsejar, ayudar cuando salgan del hogar al cumplir su mayoría de edad a incorporarse a la vida adulta, a conseguir un trabajo, a abrir una cuenta de banco, etc.  Y nosotros podemos ser ese alguien para ellos, podemos cumplir los 3 llamados que la Biblia manda con ellos al ser mentores: podemos amarlos, preocuparnos por ellos y discipularlos.

Ser mentor es ser un adulto constante y seguro en la vida del niño, que pueda orientarlo, acompañarlo, ser su visita, discipularlo, estar para él, interesarse en sus luchas, en su historia, en sus problemas y acompañarlo el resto de su vida.  Ser su amigo o su hermano grande.

Dios no nos llama a hacer nada que Él no haya hecho antes.  Cuando nosotros éramos los perdidos (Romanos 3), esclavos (Gálatas 4), huérfanos (Efesios 2) y muertos (Romanos 5), Jesús vino a rescatarnos, a pagar el precio por nuestra redención, se hizo Hombre y habitó entre nosotros (Juan 1:14).  Él no nos dejó abandonados, nos amó hasta la muerte para asegurarnos los papeles de nuestra adopción (Efesios 1).  Y por amor, por toda la gracia que hemos recibido, podemos nosotros hacer lo mismo con los más necesitados, a quienes Jesús nos está llamando a amar y a acompañar mientras los apuntamos a Cristo.

Si estás interesado en involucrarte y hacer algo, puedes avocarte con la Alianza Cristiana para los Huérfanos ACH (https://ach.gt) o con SOMOS (https://somosgt.com) para más información.

Fuente:

*Informe Censo de Niños, Niñas y Adolescentes albergados en Hogares Privados de Protección y Abrigo autorizados o en proceso de autorización, realizado en Febrero y Marzo de 2019 a nivel Nacional.  (https://bettercarenetwork.org/sites/default/files/2020-09/INFORME%20CENSO%20HOGARES%20PRIVADOS%20%20Y%20PÚBLICOS%20FINAL%20PARA%20IMPRIMIR.pdf)

Fredy y Carola Meléndez

El Señor nos rescató y nos sostiene por gracia.  Papás de José Daniel y Ana Rebeca.  Somos empresarios y servimos al Señor como voluntarios en el hogar Liga de Vida Nueva.

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