El cuidado al vulnerable a través del mentoreo

Foto de Pexels

El Salmo 27:13 nos habla que Dios sin merecerlo nos deja ver su cuidado en esta tierra de diferentes formas, la creación, el día, la noche, su sistema perfecto de funcionamiento y también por medio de las personas. Al ser parte de un programa de mentoreo hemos podido aprender sobre el acompañamiento por medio de visitas a niños y adolescentes vulnerables. Por lo que a continuación compartimos algunos puntos que consideramos importantes si este también es tu llamado:

1.     Constancia

A una persona no se le puede conocer en un día, mucho menos conectar con ella. Para poder hacerlo es necesaria la constancia. El niño, niña o adolescente debe darse cuenta poco a poco que vamos a regresar y esto solo se consigue a través de la experiencia. Es necesario apartar el tiempo con anticipación y respetar el día de visita, para que llegue el día en que la duda no sea si vamos a regresar sino cuándo. Para la constancia no se necesitan palabras, sino la suma de tiempo en el que hemos estado dispuestos a ser intencionales en demostrar lo valiosa que es la relación que se está formando.

2.     Conexión

La constancia va a propiciar una conexión, porque nos estamos conociendo más con nuestro niño, niña o adolescente. Al ver atrás Dios va a ir permitiendo que nuestras historias se unan. La conexión se va fortaleciendo al prestar atención a los detalles al conocernos, esto puede ser a través de hacer preguntas de lo que es importante, lo que nos gusta y lo que no, conocer nuestro carácter, conocernos en momentos de alegría o tristeza, unirse en dar gracias, leer la Biblia y expresar nuestras peticiones de oración ante Dios.

La conexión no debe ser forzada y es de dos vías, obtener información no es conectar. Puede darse a través de un suceso importante y es por esto que es necesario estar presentes siempre, porque no sabemos cuándo va a suceder. No basta con decirle que vamos a estar, sino que él debe darse cuenta que lo vamos a hacer.

3.     Confianza

La suma de días, semanas y meses de conexión, llevará a confianza. Queremos que nuestro niño, niña o adolescente sepa que cuando nos necesite puede contar con nosotros. Para tener la confianza no solo de decirnos cuál es su color favorito, sino su preocupación más grande. El fin último del mentoreo no es terrenal sino eterno. Es compartir junto a nuestro niño, niña o adolescente nuestra condición de pecado, que es la necesidad más grande que nos une y que solo en Cristo podemos encontrar salvación.

“Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas” Efesios 2:10 NBLA

Recordemos que el servicio lo hacemos como una respuesta a Dios y es Él Quien nos capacita para su obra a pesar de nosotros. Dios nos escogió en Él para conocerlo y dispone cada uno de nuestros pasos para cumplir ese propósito. Para que en nuestro caminar estemos conscientes de su presencia en todo su cuidado inmerecido cada día y que en Su Palabra esté todo lo que necesitemos (Salmo 19). Que nuestra oración sea que junto a nuestro niño, niña o adolescente digamos que Dios es nuestra Roca y Redentor.

“Los cielos proclaman la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de Sus manos. Un día transmite el mensaje al otro día, Y una noche a la otra noche revela sabiduría. La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; El testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; El mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos. El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre; Los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos; Deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, Más dulces que la miel y que el destilar del panal. ¿Quién puede discernir sus propios errores? Absuélveme de los que me son ocultos. Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, Oh Señor, roca mía y Redentor mío.” Salmo 19:1-2, 7-10, 12, 14 NBLA

Recursos:

1.     SOMOS, www.somosgt.com

2.     Alianza Cristiana para los Huérfanos, https://linktr.ee/ACHLatam?utm_source=linktree_profile_share&ltsid=a7a362f8-2dc9-41ef-a6cf-fd73f6cc4dbb

Ramiro y Ligia Espinoza

Perdonados, rescatados y adoptados en Cristo. Caminamos junto a nuestro pequeño hijo en las sendas que Dios preparó para nosotros.

Anterior
Anterior

Ventanas al corazón

Siguiente
Siguiente

Principios del amor conyugal en Cantares