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10 frases del libro “Una Teoría de la Corrupción” de Osvaldo H. Schenone y Samuel Gregg

Foto Pexels

Las últimas semanas y meses han sido tensos y álgidos por el tiempo político que estamos viviendo. El objetivo primordial que el gobierno electo ha repetido en campaña y lo sigue diciendo es: eliminar la corrupción y aplicar la justicia para los corruptos. Por mi parte, daré el beneficio de la duda que mejorará el Estado en los siguientes años en este sentido. También como ciudadanos debemos estar vigilantes a las propuestas y cambios que se empiecen a dar el 14 de enero cuando asuman nuestras nuevas autoridades.

Para aportar a esta discusión, participé en una serie de lives en el Canal “Discusión Inteligente” sobre este tema, basados en el libro: “Una Teoría de la Corrupción” de Osvaldo H. Schenone y Samuel Gregg, autores católicos. Me gustó mucho, ya que da un panorama teológico y también económico sobre la corrupción. A continuación, 10 frases para que los anime a ir a ver los vídeos que están grabados en YouTube:

1.     Quizás no exista un obstáculo mayor que la corrupción para el avance de las naciones en vías de desarrollo. La corrupción no solo está asociada al pecado original, que afecta el corazón de todas las personas, sino que también es un azote social que debilita la economía diaria y las transacciones legales de las que todos dependemos para nuestra subsistencia material.

2.     Cada pecado, por más íntimo o secreto que sea, repercute en toda la humanidad. Los pecados afectan a los que deciden pecar y distorsionan la ecología moral y social en la que viven. Además, existen ciertos pecados que, por definición, constituyen un ataque directo al prójimo: pecados en las relaciones interpersonales, pecados contra la libertad de los demás, pecados que degradan la dignidad y el honor del prójimo, y pecados contra el bien común.

3.     En términos legales y económicos, la corrupción puede definirse como la realización de transacciones ilegales voluntarias entre un agente y su cliente, con un efecto negativo para el “principal” a quien el agente estaba obligado legalmente a servir. Mediante la violación de esta obligación, el agente corrupto ejercita el poder recibido de su “principal” de un modo completamente distinto de su compromiso legal con este último. De esta manera, el agente corrupto dispone de la riqueza o poder del “principal” en su propio beneficio.

4.     Nuestro breve análisis económico de la naturaleza y las causas de la corrupción muestra cómo los acuerdos sociales, políticos y económicos pueden dar lugar a situaciones que los cristianos llaman “ocasiones de pecado”; pero esto no significa que los actos de corrupción no sean, en último término, el resultado de una decisión individual.

5.     El Evangelio proclama la necesidad de vivir y actuar justamente en nuestra relación con el prójimo y de rectificar cualquier acción injusta. En este sentido, el patrón de justicia es la expresión de la igualdad esencial de la dignidad de toda persona humana y abarca lo que los cristianos llaman la regla de oro: “Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque esta es la Ley y los Profetas” (Mateo 7:12).

6.     La corrupción no solo socava los vínculos básicos de confianza entre los individuos, sino que también destruye esos vínculos entre los individuos, la comunidad política y aquellos investidos de autoridad legal por la misma comunidad política.

7.     Si los sobornos, la traición y el fraude permiten que una economía funcione (aunque torpemente), la gente estará menos inclinada a reconocer y repudiar el mal que están haciendo. La cultura de la corrupción se transforma efectivamente en algo cómodo y se hace difícil derrocarla.

8.     Hay sociedades en las que pareciera que la corrupción es parte integral de su cultura. Pero las culturas rara vez son estáticas. La mayoría está en un proceso de desarrollo y cambio para mejor o peor. Las culturas pueden cambiar.

9.     La libertad perfecta, la justicia completa y la paz absoluta no existen en esta vida debido a la realidad del pecado original.

10.  La Iglesia es el Cuerpo de Cristo que divulga el mensaje de Salvación del Evangelio de Cristo y anticipa el Reino de Dios. La evangelización de la cultura humana es esencial a su misión.